Siempre, siempre voy a estar a punto de escribir el poema que te hechize.
Vos vas a actuar con diplomacia, con femenina distancia: "me re gustó"
Y ahí nomás a la labor. A volver a empezar. A intentar El poema de la captura.
En secreto, bajor tus sábanas y en contraluz, te sabés enamorada, perdida.
Siempre, para siempre voy a estar a dos centímetros de la dicha de la seducción realizada.
Vas a segurir siempre, siempre con tu correción amistosa: "me re gustó"
Acariciás ese secreto para que yo siga persiguiendo.
La confesión sería el final de la carrera. La satisfacción
En secreto, bajo un arbusto de hierbas tranquilizantes, te sabés entregada.
Yo también lo sé. Y saboreo la efervescente dicha de la inutilidad, de lo redundante.
Del poema del hechizo que se materializa para alcanzar lo ya poseido.
Insastifacción.
Deseo.
Vos y yo,
y un poema en el medio de los cuerpos.
Siempre. Siempre
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2 comentarios:
Lindo oxímoron el del título.
Vos crees que alguien puede enamorarse de la poesía antes que de la persona?
Creo fervientemente en ponerse metas inalcanzables, el poema perfecto que no vas a escribir nunca. Porque el mejor verso es el que nunca se escribió.
Zebra-majo-: No sé si de la poesía antes que de la persona, pero sí quizá de la historia que la poesía construye, cómo construye a una persona y su relación con la otra. Y que eso en el cara a cara no pase. Y, entonces, o esperar que alguna vez la realidad se digne a mimar la poesía. O resignarse y seguir en el orbe literario. No sé si te contesté. O me estoy tratando de responder a mí.
El mejor verso es el que se escribió primero. Y se perdió: el futuro como reminicencia infinita de ese origen falaz.
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