ETERNO BORRADOR DE UNA MENTE SIN TALENTOS

Como caderear al ritmo del tun-tun o como desarticularse en un flash de neón en sintonía con el Dj, pero bajo el amparo del La Literatura: o de hacer cualquiera pero con cara de inteligente.

domingo, 30 de marzo de 2008

DEDICATORIA

“si hay don, lo dado del don (…) no debe volver al donante. No debe circular, no debe intercambiarse, en cualquier caso, no debe agotarse, como don, en el proceso de intercambio.” (Derrida)



El cariño es una dedicatoria en un libro. Una huella.

Como siempre, sin excepción
ante un examen:
un perro refregando su cuerpo ocioso
en el mármol mugriento de la facultad,
un piso escarchado de pegajosas manchas;
como siempre, sin excepción,
ese piso es un lugar deseable
utópico
frente a la puerta en vaivén que lleva
a las preguntas y las respuestas
que se ignoran.
El perro insiste
intencional, curvado, barriendo su cuerpo;
en el bolso un libro pesado que me regaló
me aleja del examen las mismas cuadras
de distancia a las que está el canino.
Tapas blandas, blancas
un dibujo críptico, aislado,
adjunto a un nombre certero y lacónico.
Porque quiero,
¿desde cuándo tengo que cargar razones
para regalarte algo?

Sonrisa parcial, fragmentaria
de a cuotas, la suya;
la parábola imperfecta de su comisura derecha
ante un examen
-pero siempre también, siempre-
es esa parcela de mundo
en que quiero estacionar un rato.
Como el piso donde ahora el perro se levanta,
se aleja
y la voz que pronuncia mi nombre,
y el coloquio.
Un "splash" hueco,
el libro al suelo y desde arriba la mirada
descubre una caligrafía manual, conocida
su letra,
una breve dedicatoria
-fragmentos, como su sonrisa, ella es esquirla-
De nuevo la voz nerviosa, eléctrica
se detiene en la repetición de mi nombre.
Olvido, finjo olvidar el libro ahí tirado
recostado
ocioso
con una dedicatoria suelta a la vista:
el cariño bruto es una dedicatoria
en un libro regalado porque sí,
abandonado a su suerte.
Como siempre, sin excepción
ante un examen:
dos perros aturden con sus ladridos
los silencios del alumno ante el tribunal.

1 comentario:

Zebra dijo...

"es esa parcela de mundo
en que quiero estacionar un rato"

Y qué me gusta del poema? (porque el poema me gusta, y mucho).
Los mundos que se chocan, que se chocan como el libro contra el piso. Como el perro contra la pared, o como vos contra las preguntas del tribunal.
Las dedicatorias en los libros son como sus propios tatuajes, algunos aprenden a convivir con eso. Es jodido. Es un jodido recordatorio jodido dejar dedicatorias. Porque los perros se van a morir, vos va aprobar/reprobar pero el libro va a seguir teniendo su sonrisa, su porque sí...

Es divertido cómo a veces el caos puede volverse utopía. El orden de un lindo desorden, con perros profesores y chicas de nombre certero.

Che, Derrida será un precursor de la movida BookCrossing?