Krakatao: primera lección
“Run, Rabbit run/ Dig that hole, forgete the sun,/
and when at last the work is done/ don´t sit down it´s time
to start another one”
Pink floyd
“Run, Rabbit run/ Dig that hole, forgete the sun,/
and when at last the work is done/ don´t sit down it´s time
to start another one”
Pink floyd
/Amaneciendo/
Las definiciones
son dardos que siempre dan en la víctima.
La venganza de las víctimas
como zombies
engullendo
los cerebros, los dedos
y los deseos,
eso, creo, es poesía.
/Cerca del mediodía/
Si amás,
recordalo,
vas a estar perdido por los siglos de los siglos.
Si amás,
perdés.
Esta es la única enseñanza
que tenés que olvidar.
/Un bache en la siesta/
En el Desierto,
no es que no haya cosas en abundancia,
es que
de tantas y tan cercanas
nos cuesta enfocarlas.
¿O vos las ves,
Krakatao?
Cuando las veás,
algo de mi voz será
hilacha de tejido de abuela.
/El sol sin ser del todo sol/
Y
anotá,
Krakatao,
como última sentencia:
lo que pueda decirte de la vida
será siempre verdadero,
pero con dilay.
/A la noche cuando no hay hora/
Nada,
querido Krakatao,
nada de lo que te dije
es necesario.
Pero aquí hay algo por lo que es peligroso callar.
Algo como una Madre extendiendo sus piernas
y el aullido de un bebé
que trae en su boca
un mundo.
/Amaneciendo, con pereza/
Krakatao,
podés irte.
Si amás, estás perdido.
Y en las llanuras que se vislumbran
atrás de las sierras rocosas
hay silencio.
Mucho,
demasiado silencio.
Las definiciones
son dardos que siempre dan en la víctima.
La venganza de las víctimas
como zombies
engullendo
los cerebros, los dedos
y los deseos,
eso, creo, es poesía.
/Cerca del mediodía/
Si amás,
recordalo,
vas a estar perdido por los siglos de los siglos.
Si amás,
perdés.
Esta es la única enseñanza
que tenés que olvidar.
/Un bache en la siesta/
En el Desierto,
no es que no haya cosas en abundancia,
es que
de tantas y tan cercanas
nos cuesta enfocarlas.
¿O vos las ves,
Krakatao?
Cuando las veás,
algo de mi voz será
hilacha de tejido de abuela.
/El sol sin ser del todo sol/
Y
anotá,
Krakatao,
como última sentencia:
lo que pueda decirte de la vida
será siempre verdadero,
pero con dilay.
/A la noche cuando no hay hora/
Nada,
querido Krakatao,
nada de lo que te dije
es necesario.
Pero aquí hay algo por lo que es peligroso callar.
Algo como una Madre extendiendo sus piernas
y el aullido de un bebé
que trae en su boca
un mundo.
/Amaneciendo, con pereza/
Krakatao,
podés irte.
Si amás, estás perdido.
Y en las llanuras que se vislumbran
atrás de las sierras rocosas
hay silencio.
Mucho,
demasiado silencio.