ETERNO BORRADOR DE UNA MENTE SIN TALENTOS

Como caderear al ritmo del tun-tun o como desarticularse en un flash de neón en sintonía con el Dj, pero bajo el amparo del La Literatura: o de hacer cualquiera pero con cara de inteligente.

lunes, 29 de septiembre de 2008

Krakatao: primera lección


“Run, Rabbit run/ Dig that hole, forgete the sun,/
and when at last the work is done/ don´t sit down it´s time
to start another one”
Pink floyd


/Amaneciendo/
Las definiciones
son dardos que siempre dan en la víctima.
La venganza de las víctimas
como zombies
engullendo
los cerebros, los dedos
y los deseos,
eso, creo, es poesía.

/Cerca del mediodía/
Si amás,
recordalo,
vas a estar perdido por los siglos de los siglos.
Si amás,
perdés.
Esta es la única enseñanza
que tenés que olvidar.


/Un bache en la siesta/
En el Desierto,
no es que no haya cosas en abundancia,
es que
de tantas y tan cercanas
nos cuesta enfocarlas.
¿O vos las ves,
Krakatao?
Cuando las veás,
algo de mi voz será
hilacha de tejido de abuela.



/El sol sin ser del todo sol/
Y
anotá,
Krakatao,
como última sentencia:
lo que pueda decirte de la vida
será siempre verdadero,
pero con dilay.


/A la noche cuando no hay hora/
Nada,
querido Krakatao,
nada de lo que te dije
es necesario.
Pero aquí hay algo por lo que es peligroso callar.
Algo como una Madre extendiendo sus piernas
y el aullido de un bebé
que trae en su boca
un mundo.

/Amaneciendo, con pereza/
Krakatao,
podés irte.
Si amás, estás perdido.
Y en las llanuras que se vislumbran
atrás de las sierras rocosas
hay silencio.
Mucho,
demasiado silencio.


5 comentarios:

Javier Martínez Ramacciotti dijo...

Como avisa el título, es "la primera lección". Hay otras. O eso espero.

El dibujito es de Liniers. El jueves lo descubrí, a Liniers digo. Por el don de dos libros suyos, prestados.

Embobado en una sensación de extrañamiento. Como si tuviera una gran verdad que anunciar, pero con la ausencia de la persona adecuada para entenderla.

Imantado todo mi cuerpo a kilómetros.

Esto no tiene nada que ver con el poema.

O sí. Quién soy yo para decirlo.

Javier dijo...

Muchas gracias por la sinceridad de tu comentario en mi blog. Lo de mirar colas en los velorios... bueno, si todo lo reconocieramos, al muerto lo dejariamos solo pajeandose en el cajon.

Saludos y te agrego a mi lista de blogs.

Javier

Anónimo dijo...

ah mirá vos! no sabía que se te daba por escuchar pink foyd!
la vez que peor me retaron en mi infancia fue cuando le rompí la cinta de un cassette (qué, no te hagás el pendejo que no te llevo tanto) de pink floyd a mi viejo. me acuerdo. teníamos un equipo bien de los ochenta (esos negros rectangulares pesados con los parlantes en metal plateado) que comía la cinta. mi hermana, que siempre fue mala, no me quería enseñar el truco para que no la mordiera; igual yo metí el cassette. obviamente lo hice bolsa... toda la tarde la pasé atormentada (mis hermanos colaboraban dándome infinitos ejemplos de cómo iba a cobrar) esperando el regreso de papá. cuando manuel llegó, me vi en la obligación de acercarme con el cassette roto entre las manos. miento si digo que temí que me pegara porque mi viejo jamás lo hizo, pero sabía que se venía la penitencia del año. sorprendentemente, no hizo nada. no hubo castigo, ni penitencia, ni nada; agarro el cassette, le envolvió la cinta alrededor y lo guardó en el primer cajón de la cómoda. todos siguieron como si nada, excepto yo. qué patadon al hígado! descubrí que peor que una buena surtida era que mi papá se quedara callado, como desilusionado ante la estupidez de mi acto.
no sé si es una buena lección para krakatao pero para mi fue una de las mejores o las pIores, como sea...

besos javi!

(próximamente –redecorando el rancho-)

Javier Martínez Ramacciotti dijo...

Anònimo: Justo me estoy yendo y no tengo mucho tiempo, pero dejo planteado un interrogante:

¿who are you?!!!

Tengo la sensaciòn que me escribìs como si supiera claramente eso.

Pues, no.

Saludos.

Mariela Laudecina dijo...

Son poemas sedosos.
un beso
mariela