Signos vitales: Javier Eduarado Martínez Ramac
-31,30,29,28,27...-
/5/-serie inconclusa-
Sueño con un elefante que se ahorca con su propia trompa.
Una y otra vez.
Al frente, un grupo de cazadores miran, azorados.
Que en nuestra casa reine el olvido,
que las palabras sean imanes sin magnetismo,
y no retengan nada.
El elefante cae en una laguna verde de terciopelo,
el agua se cierra sobre su cadáver.
Como un parpado del tamaño del universo.
Sueño con un elefante que se ahorca con su propia trompa.
Una y otra vez.
Al frente, un grupo de cazadores miran, azorados.
Que en nuestra casa reine el olvido,
que las palabras sean imanes sin magnetismo,
y no retengan nada.
El elefante cae en una laguna verde de terciopelo,
el agua se cierra sobre su cadáver.
Como un parpado del tamaño del universo.
5 comentarios:
Sueño con un elefante que se ahorca con su propia trompa, sus ojos brillosos me hacen recordar los tuyos.
Te lo dije, me gusta este poema.
Los colores de esa remera un arroyo de plastilina.
¿Se sacó el triangulito de la barba?
Esto es el acabóse.
Laura Dern
*-Ser testig@ del proceso de producción de un poema es abandonar de una vez y para todas la solemnidad de La Poesía.
No sé si lamentarme por propiciar ese lugar, o sentirme orgulloso.
*-Imaginar que en algún lado una chica me para de sopetón, y me regala esa descripción imaginista de mi remera.
Temblar por no saber cuál sería mi poco civil reacción.
*-Ningún final que se precie de tal adviene sin vaticinios.
Ningún final que se valore está adelantado en los vaticinios.
Es en el entre-lugar donde un final asume su perfecto estado.
Vendrán tiempos prósperos.
Ojalá me tome por asalto.
pudrete
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