New Córdoba
-residuos-
/1/
Aunque nunca deje de haber circulación por la
Bv. San Juán, en este momento el ruido se acerca a su
grado cero, ese limbo final que si se trasapasara, algo
vaya uno a saber qué, pero algo se marchitaría. Una bocina
agita el vidrio que separa el living del departamento de su
balcón, y entonces, Adrián, en cuero y boxers rojos, hace un
ademán de moverse. Pero no, no se mueve. Aplasta el cigarrillo,
se tapa los oidos con las dos manos, grado cero, nada cambia.
Al menos no afuera, al menos no en el boulevard.
/2/
Vive en un departamento en Nueva Córdoba.
No estudia nada.
Es de aquí nomás.
A veces cuenta en boliches, mirando fijo a los ojos,
que cursa medicina, que es de Orán, que extraña mucho,
que no le alcanza la plata para el mes, que le costó acostumbrarse a
la soltura de los cordobeses, que dos veces a la semana llama por telefono a
su mamá, que ayer le avisaron que su hermana tiene hepatitis, que viaja pronto, y
mirando a los ojos, cuenta, cuenta en boliches, y ya se lo ve cansado, viajando.
Pero Adrián no estudia nada, es de Córdoba Capital.
Eso sí, su hermana tiene hepatitis. Pero él no va a ir a ningún lado.
/3/
Instrucciones de la siesta:
Buscar la seda, picar la piedra, armar el faso, ni muy grande ni muy chico
poner el Dvd de DragonBall Z donde Gokú por primera vez
logra tomar la forma de un Super Sayayin; tirado sobre el sillón, hace secas al faso
hipnotizados sus ojos no se despegan de la pantalla de la notebook, ni una vez.
A las siestas, todas, o casi todas, mira el mismo capítulo repetidamente,
flashea con una fuerza que le hinche las venas, que le haga tirar chispas de colores por
los costados del cuerpo, una potencia que lo reconcilie con una genealogía como a Gokú,
flashea, y se dormita dejando caer una tuca sobre las baldosas.
El Dvd se corta cuando Majin Boo, obeso, ridículo, sin pasado, fofo,
está por derrotar a Gokú.
Hay cosas que ni Adrián está dispuesto a ver, no sin pagar demasiado.
/4/
Tres Rivotril, al lado, una lata de Speed.
Experimentos.
Acelerar para ir en un continuum de frenesí como una bicicleta sin freno por una avenida en bajada, y, luego, mezclar ritmos, trabar el paso, como si estuviera mareado, o, acaso,
confundido sin reconocer su propia habitación, unas tetas asomando entre las sábanas, al lado
el rostro barbudo de un tipo, su pija haciendo carpa, y Adrián que no recuerda a ninguno,
pero no le importa.
Tres rivotril, una lata de speed, tres amnesias en un colchón.
Experimentos, experimentos sin conclusión.
/5/
El edificio tiene trece pisos, cada piso cuatro departamentos.
El número cábala sería, por multiplicación, 52.
5 personas murieron cuando 1 ascensor cayó del 6 piso,
por una falla eléctrica que el dueño debería haber reparado hace 3 meses con
suficiencia por los 60 pesos que pagan los inquilinos todos los meses en mantenimiento.
52 son las veces que podría hacer esa cuenta, 52 veces quedaría igual de anecdótico.
Números, números y cuentas son las vigas sobre las que se mantiene en débil flote
Nueva Córdoba.
/6/
Lo sencillo:
Sentir pena, lástima, tristeza, empatía por Adrián.
Lo rugoso:
Intuir, dar cabida, imaginar una felicidad de dos ambientes en Adrián.
/7/
Bv San Juán y la cañada, cruz. Punto de observación.
Aurelio, tras sus bigotes canosos, describía postales de una rio suquía
sin cauce, desbordado inundando sus laderas, ahuyentando toda vida cercana.
Los bigotes, al llegar el momento de la comparación con la actualidad, se enervan
Y finaliza: “Aún espero que el río un día se vuelva loco, arremeta contra todo lo que tenga a los costados. Que no quede nada, ruinas, ruinas húmedas. Otra posibilidad. Otro cantar.”
Bv San Juán y la cañada, cruz sin redención.
En dirección al Olmos un organismo parpadea luces, respira hablas sin tonadas.
El río, un hilito de meada de un sediento.
Postales desde el paraiso :)